domingo, 28 de septiembre de 2008

Adoctrinamiento escolar

Ventanas

"Se están utilizando los impuestos de los ciudadanos para adoctrinar a los menores en unas ideas que sólo responden a unos intereses particulares. La propiedad intelectual dista mucho de ser algo indiscutible."

Antonio José Chinchetru
Ya no se conforman con quejarse, insultar, manipular o incluso pedir que el Gobierno actúe contra una decisión judicial. Parte del mal llamado sector de "la cultura" español y estadounidense, junto con algunos gigantes de la informática, medios de comunicación de Estados Unidos y la Universidad de Alcalá de Henares se han lanzado a adoctrinar a los niños españoles para favorecer su concepción de la propiedad intelectual. Y lo hacen en los colegios y con el apoyo del Ministerio del Cultura.
Con el rimbombante nombre de Educar para crear, el proyecto se ha puesto en marcha en Asturias y pretenden extenderlo al resto de España. Aterra escuchar a una de sus responsables decir que "hemos convertido a los niños en creadores". Si tenemos en cuenta el comportamiento de muchos de los autodenominados "creadores" españoles es para ponerse a temblar. ¿Acaso les están enseñando a insultar a quienes no defienden sus posturas políticas, a criminalizar a todo aquel que no comparta sus puntos de vista sobre propiedad intelectual y a pedir subvenciones sin ton ni son? En realidad no, en lo que les adoctrinan es en el mantenimiento del caduco modelo de negocio que todavía mantiene la industria cultural.
En este lavado de cerebro al que se somete a los estudiantes, no se respeta ni siquiera la copia privada, que está reconocida por la legislación y en la que se justifica el canon digital. Tras las sesiones de adoctrinamiento se les preguntó a los alumnos si les parecen correctas dichas copias, a lo que respondieron que "lo que tendría que ser es todo original" o "cd originales por favor, cd originales". Y todo ello con el apoyo del Gobierno a través del Ministerio de Cultura y en un futuro con el de Educación. Por supuesto, para garantizar el éxito de estas técnicas ideologizadoras, no se conforman con dirigirlas a los adolescentes, sino que ya trabajan también sobre las mentes de los alumnos de primaria.
Cedro, la BSA, NBC, Microsoft y demás entidades privadas implicadas en el proyecto tienen derecho a intentar convencer a todo el mundo de sus planteamientos. Pero lo que resulta escandaloso es que lo hagan con apoyo de una universidad pública y del Gobierno, así como que los colegios ofrezcan a los menores para participar en esas sesiones de adoctrinamiento. Se utilizan los impuestos de los ciudadanos para adoctrinar a los menores y difundir unas ideas que se presentan como verdades absolutas pero que tan sólo responden a unos intereses particulares. La propiedad intelectual dista mucho de ser algo indiscutible. De hecho, los recursos públicos utilizados en este proyecto salen también de las cuentas corrientes de quienes pensamos que la propiedad intelectual es una ficción que supone una restricción de la libertad.

Antonio José Chinchetru
es autor de Sobre la Red 2.0.
Nota: El autor autoriza a todo aquel que quiera hacerlo, incluidas las empresas de press-clipping, a reproducir este artículo, con la condición de que se cite a Libertad Digital como sitio original de publicación. Además, niega a la FAPE o cualquier otra entidad la autoridad para cobrar a las citadas compañías o cualquier otra persona o entidad por dichas reproducciones...

ATC Journal. ¡Llevamos la información!

jueves, 25 de septiembre de 2008

Un libro titulado Educación para la Ciudadanía tacha a Losantos, Vidal y Albiac de "racistas militantes"

PUBLICADO POR LA EDITORIAL AKAL


Lo contaba Martín Prieto este jueves en su columna de El Mundo. Un libro llamado Educación para la Ciudadanía, editado por Akal califica de "racistas militantes" a Federico Jiménez Losantos, César Vidal y Gabriel Albiac. Los autores no han descubierto su afiliación al Ku Klux Klan o al PNV, no. Son racistas por llamar "gorila" – policía o militar que actúa con violación de los derechos humanos, según el DRAE– a Chávez o "caracastaña" –equivalente en Surámerica del "carapán" español– a Morales.

Noticia publicada el 13-07-2007

(Libertad Digital) Los filósofos Carlos y Pedro Fernández Liria y el investigador Luis Alegre Zahonero han elaborado un libro que la editorial Akal cataloga en la colección Biblioteca de Aula, clasificado como pedagogía, destinada a profesores, y que titulan Educación para la Ciudadanía. Desde luego como filósofos o investigadores no son muy conocidos, pero sí tienen una gran notoriedad como defensores de regímenes tan siniestros como el de Venezuela.

Aunque no se trata de un texto recomendado por el Gobierno, esta publicación da una idea del melón abierto con esta asignatura. Editado por una editorial técnica como Akal e ideado y estructurado como si de un manual se tratara, existe el riesgo de que este panfleto pueda llegar finalmente a más de un aula de los colegios españoles.

Basta con una ojeada al índice de contenidos para percibir el hedor antiliberal y totalitario que desprende. En el temario nos encontramos con epígrafes como Ciudadanía y proletarización, Incompatibilidad entre parlamentarismo y capitalismo, Las dos grandes mentiras de la sociedad capitalista, Lo que haría supuesto un "comunismo democrático" o Capitalismo y supervivencia.

En un total de cinco capítulos y 32 epígrafes no hay ni una sola mención a los Derechos Humanos o la Constitución española. Todo el libro está dedicado exclusivamente verter la más reaccionaria ideología anticapitalista y promocionar el totalitarismo comunista.

Pero el texto no se queda ahí. También se dedican los autores a descalificar a comunicadores e intelectuales alejados del pensamiento reaccionario que inunda toda la publicación. Federico Jiménez Losantos, César Vidal y Gabriel Albiac, son tachados de "racistas militantes" con una argumentación tan peregrina como la que sigue:

Desde que Oriana Fallaci, tras el 11-S, dio el pistoletazo de salida para dejar de morderse la lengua y ser racista sin remordimientos, la filosofía de los halcones del Pentágono ha ido siendo cada vez más aplaudida por personajes como –por citar casos españoles– César Vidal, Jiménez Losantos o Gabriel Albiac, quienes, por ejemplo, han "argumentado" contra el presidente venezolano Hugo Chávez llamándole "negro", "gorila" y "chimpancé", y contra el presidente boliviano Evo Morales llamándole "caracastaña". Pero estos racistas militantes no encontrarían tanto eco y audiencia, tantos medios públicos a su disposición, tanta tolerancia y tanta impunidad, si sus palabras no cayeran sobre una sociedad que ya está ideológicamente enferma y moralmente corrompida.

Es cierto que Chávez ha sido llamado en múltiples ocasiones "gorila rojo", pero es igual de cierto que este calificativo no tiene las más mínima connotación racista. Basta con ir a la RAE, los autores probablemente estaban muy ocupados leyendo Granma, para ver que la tercera acepción de Gorila es "policía o militar que actúa con violación de los derechos humanos" y la cuarta "individuo, casi siempre militar, que toma el poder por la fuerza". Y las dos acepciones son originarias de países como Cuba, Venezuela, Argentina o Guatemala. En cuanto a "caracastaña", utilizado para referirse a Evo Morales, es, como muy bien explica Martín Prieto en El Mundo, una versión de algunos países del sur de América del "carapán" español.

De Savater y Habermas se dice que colaboran "eficazmente para sentar los pilares filosóficos y morales del nuevo racismo contemporáneo". Entre elogios a la dictadura de Castro y al régimen de Venezuela, sostienen que "la libertad de expresión y la ausencia de censura son un mito". Y a la Iglesia la equiparan con los nazis por una supuesta persecución de los gays, que llegan a homologar con el Holocaustao. En todo caso, el hecho que no se trate de un manual oficial nos tranquiliza, ¿o no?

Qué educación, para qué ciudadanía

EDUCACIÓN Y CIUDADANÍA EN UNA SOCIEDAD DEMOCRÁTICA

Por Óscar Elía Mañú
Septiembre de 2006. Oyarzun, Guipúzcoa. Tres terroristas suben a un escenario armados con rifles de asalto, pronuncian un discurso y disparan sus armas al aire mientras, abajo, unos cuantos más desfilan paramilitarmente. Pero la realidad se vuelve ficción cuando la valoración estatal se reduce a la respuesta del ministro de Interior, el jefe de la policía: "Tenemos razones para la esperanza de alcanzar la paz, que quiere decir la desaparición de la violencia, de toda violencia, del chantaje, de cualquier tipo de chantaje". Eso es todo.
¿Qué está ocurriendo?, ¿por qué nadie hace nada?, ¿de qué nos hablan?, se pregunta desesperado el español, que asiste atónito a la pasividad civil e institucional, a la comprensión hacia los criminales, a la parálisis ante quienes hacen el mal con total impunidad.
Algo parece haber cambiado desde el 14-M, y no sólo en el sillón de La Moncloa. Es toda una mentalidad lo que parece haberse acelerado con el impulso gubernamental. Es el escepticismo y el rechazo a los valores tradicionales. Es la imposición de unos valores nuevos. Es una nueva manera de educar a la ciudadanía a golpe de telediario, polémicas y telebasura al por mayor.
La apología de la nueva asignatura, aprobada el 6 de abril de este año con la Ley Orgánica de Educación (LOE), se extiende por periódicos y televisiones y, convertida en propaganda, amenaza con llevarse por delante cualquier oposición al proyecto. La multitudinaria oposición en la calle parece haber sido barrida, pero sólo momentáneamente; hay que volver a empezar. El libro Educación y ciudadanía en una sociedad democrática es la primera respuesta intelectualmente contundente a la ofensiva lanzada por el Gobierno de la Paz y su "Educación para la ciudadanía". Contundente por la solidez de su contenido y por la llamada a la acción que contiene.
Así las cosas, la obra coordinada por Montserrat Herrero y Concepción Naval constituye una primera trinchera intelectual desde la que hacer frente a la avalancha nihilista-populista que nos rodea. Las editoras presentan además al gran público a algunos de los pensadores de mayor fuste de la derecha liberal-conservadora española. Todos ellos se mantienen al margen de las querellas mediáticas y culturales que dominan la España heredera del 14-M; intelectuales de altura, presentan desde la retaguardia las bases filosóficas, sociológicas y pedagógicas sobre las que articular la defensa urgente de la sociedad civil y del humanismo cívico frente a la nueva ideología, que parece dominar cada vez más a los españoles.
¿Acaso es posible estar en contra de una educación para la ciudadanía?, se pregunta el televidente que come cada día con los telediarios del frente mediático; ¿acaso es mala la educación?, ¿acaso no queremos buenos ciudadanos?, se dice justo antes de que en la tele se emita Gran Hermano, la serie de Ana Obregón o los muñecos del guiñol. En vano se esforzarán aquellos que intuyen lo perverso de la jugada en desenredar racionalmente la neolengua con que el Frente de la Paz defiende la nueva asignatura. Neolengua en la que la guerra de Irak, la negociación con ETA, el matrimonio entre homosexuales y la nueva cristofobia se entremezclan con las nociones de educación, ciudadanía, libertad, tolerancia y democracia. El círculo parece inabarcable para quienes se oponen desordenadamente al proyecto.
Las preguntas están más allá de los discursos buenistas, y la batalla se debe presentar en el origen del problema: ¿qué educación?, ¿para qué ciudadanía? (Francisco Altarejos, pág. 61). La primera parte de la obra aborda precisamente el estudio del concepto de ciudadanía, que no es ni tan neutral ni tan indiscutible. José María Barrio, Dalmacio Negro y Francisco Altarejos nos proporcionan el primer elemento de crítica, una verdad que la izquierda oculta y la derecha parece a veces olvidar: en un Estado democrático y liberal los valores no son neutros, y exigen del ciudadano ser algo más que un simple consumidor encerrado en sí mismo y desentendido del mundo que le rodea. Un ciudadano así es materia inerte en manos de la política estatalista.
La pretensión moderna de separar radicalmente la ética individual de la política ha convertido el espacio público en algo vacío de cualquier pretensión humana y mutilado la aspiración ciudadana del individuo. Contra ello, Barrio pone de manifiesto un hecho fundamental que se desprende de Aristóteles, "la profunda convergencia que el estagirita ve entre ética, economía, política y derecho"; para la sociedad de hoy, son precisamente antitéticos. Para los autores, una ciudadanía plena exige una plena conciencia de los derechos y deberes morales de la persona, y no su reclusión en la vida privada.
Despreciando cualquier unidad entre política y moral, Europa deambula sin rumbo político, económico o moral. Juguetea con islamistas y dictadores, se regodea en el colapso económico, se acerca al suicidio demográfico y, sobre todo ello, es incapaz de recordarse a sí misma quién es y de dónde viene. Y es que, como afirma Dalmacio Negro, "Europa está sumida en un proceso de descivilización muy preocupante" (pág. 49). Y España es ahora su mascarón de proa: se negocia con los asesinos de Miguel Ángel Blanco, se persigue a la familia, el Estado se reserva el monopolio educativo.
Zapatero.Sobre el proyecto de Rodríguez Zapatero, Negro es tajante: es a partes iguales nihilista y populista. Nihilista, porque si ningún valor es preferible a otro, si cualquier ideal es igualmente valioso, negociar con etarras y apaciguar islamistas es tan honorable como enfrentarse a ellos y denunciar sus crímenes; este respeto a la pluralidad es el que se enseñará a nuestros hijos. Pero además es, como decíamos, populista.
Y es aquí donde los autores del libro dan la voz de alarma: tras determinadas doctrinas pedagógicas y educativas se esconden aberraciones totalitarias. Son aquellas en las que la responsabilidad del ciudadano es pasiva, legal y penal y en las que se aboga por que el Estado decida por éste. Tal es el peligro, el déficit de la democracia estatista (Altarejos, pág. 70), y ello porque, como nos recuerda Concepción Naval (pág. 137), "si es educación, tendrá que ser personal, y si es personal, no puede prescindir de los aspectos morales". La "Educación para la Ciudadanía" es educación moral; sólo que es la educación moral de Rodríguez Zapatero, José Blanco y Pedro Zerolo.
Y es que la falsedad de la neutralidad plural que promete la LOE es evidente: recordemos con Rafael Alvira lo que los clásicos veían muy claro: "Toda educación es política y toda política es educación" (pág. 81). Separar ambas realidades es acabar convirtiendo lo privado en íntimo y lo público en estatal. Y cuando lo público es lo estatal sólo quedan dos opciones: o la corrupción, el manejo de lo público desde una privacidad desgajada previamente de lo público, en su versión partitocrática, grave enfermedad democrática que aqueja a los países centroeuropeos y latinos (Alejandro Llano, pág. 109), o el dogmatismo democrático, que sustituye a la religión como origen de valores.
Esto parece ser, precisamente, lo que se intuye tras la neolengua con que el Frente de la Paz defiende la nueva asignatura; "hacen temer que con ella se pretenda imponer a los jóvenes, de modo totalitario, los dogmas de la ideología dominante"( José Antonio Ibáñez-Martín, pág. 179).
El dogmatismo de valores se mueve etéreamente entre los medios de comunicación, el mercado y el establishment estatal, realidades anónimas y deshumanizadas; ¿cómo dejar en manos de ellos la educación de nuestros hijos? Seamos pesimistas: "Vendría a ser algo así como poner al lobo a cuidar de las ovejas" (Alejandro Llano, pág. 109). Y es que el liberalismo no es ajeno a los lodos que ahora parecen querer arrastrarlo a golpe de buenismo: eliminando del mercado y del Estado todas las alusiones morales, religiosas o humanistas, queda un hueco que ahora los oportunistas tratan de llenar.
Pero la observación de este nihilismo no esconde el verdadero hecho preocupante: bajo la pretensión laicista y anticristiana, el Frente de la Paz trae sus propios dogmas y sus propios profetas, con la pretensión de cambiar al ser humano. Y perversamente lo hacen en nombre de la razón y el diálogo, primeras víctimas de su proyecto.
Interior de la Cúpula de San Pedro.Claro que, para que los nuevos dogmas propuestos den lugar a una nueva sociedad, es preciso vaciarla antes de cualquier creencia: el laicismo busca recluir la religión en los límites de la privacidad, olvidando su dimensión social. Y, más allá, incluso se le niega legitimidad para participar siquiera en la discusión (González Quirós, pág. 105).
En el momento actual, el libro de Herrero y Naval pone de manifiesto la necesidad de una actitud desinhibida, que reivindique lo que Habermas y Ratzinger reivindicaron hace un par de años: la pérdida de la fe va unida a la pérdida de la razón. Y hoy, entre el acoso islamista que amenaza llenar el vacío europeo y los ingenieros de almas de la "Educación para la Ciudadanía", puede ser la hora de reivindicar abiertamente, como hace González Quirós, la enseñanza de la religión, "hacer que se conozcan ciertas verdades acerca de las razones por las cuales nuestro pasado ha sido el que ha sido y por las que muchos pensamos como lo hacemos (pág. 106).
Y es que, como afirma Ibáñez-Martín, "el asunto de fondo es el rechazo visceral que un pequeño pero poderoso porcentaje de la sociedad tiene contra la religión y, concretamente, contra la religión católica" (pág. 172); sector que constituye la coalición gubernamental que gobierna España desde el 14-M. Ante ello, lo mejor que se puede hacer es desmontar los dogmas que trae consigo. María Calvo Charro apunta directamente a uno de ellos: el de la educación diferenciada (pág.199).
Adentrándose en materia estrictamente pedagógica, Concepción Naval recuerda los nuevos aspectos de los que una educación cívica debe hacerse cargo: la globalización, las nuevas tecnologías, el medio ambiente, las virtudes cívicas, la educación superior y la familia. Pero ¿acaso no parece que el Gobierno se propone suplantar el papel de ésta? "Bajo el sutil y falso argumento del respeto a las decisiones de los adolescentes y su individualidad, está realmente en cuestión el papel de la familia" (Reyero García, pág. 185).
Fruto de una sociedad en crisis, educar a la ciudadanía, como advierte Ibáñez-Martín, parece ser el bálsamo de Fierabrás que solucionará los problemas que la razón científico-técnica es incapaz de resolver, pero no de exigir. No obstante, la verdadera ciudadanía no exige desapego a la propia identidad, sino precisamente la vuelta a ella: "Me parece muy oportuno que a los ciudadanos se les enseñe que ellos han de sentirse responsables tanto del presente como del futuro de su país" (pág. 179); actitud falta de complejos con la que será necesario actuar a partir de ahora.
Apoyada en un fabuloso frente mediático que abarca casi todos los sectores de la cultura y el entretenimiento, la "Educación para la Ciudadanía" y su conjunto de valores parecen cabalgar poderosamente por España. No es fácil hacerle frente, pero tampoco es imposible: bastará con acudir al fondo del problema para desenmascararla. Para ello, la obra reunida por Montserrat Herrero y Concepción Naval proporcionará un formidable bagaje intelectual acerca de la ciudadanía, la educación y la problemática relación entre ambas. Proporcionará, además, una certeza gratificante: alejados del ruido mediático, profesores y pensadores de prestigio académico participan de la misma preocupación que los ciudadanos, y se ponen a trabajar en una dirección necesaria y acuciante. Un punto de tranquilidad entre tanto desasosiego.
MONTSERRAT HERRERO Y CONCEPCIÓN NAVAL (EDS.): EDUCACIÓN Y CIUDADANÍA EN UNA SOCIEDAD DEMOCRÁTICA. Encuentro (Madrid), 2006; 267 páginas.

ÓSCAR ELÍA MAÑÚ, analista del Grupo de Estudios Estratégicos (GEES).

Educación para la Ciudadanía, ensayo de Victoria LLopis. I, II y III, de X artículos

Escrito por Por Andalucía Libre
Viernes, 14 de marzo de 2008

Spain is different (I)


Orígenes de las políticas de EpC: El problema en España ha venido cuando el Gobierno no se ha limitado a seguir las recomendaciones del Consejo de Europa, sino que ha diseñado una asignatura cargada de ideología que tiene la pretensión de "formar la conciencia moral de los alumnos".

Dahrendorf llamó a los años 90 la "década de la ciudadanía" por la explosión de participación ciudadana que se dio alrededor de los sucesos de 1989. Preparado por las multitudes de Solidarnosc, un sencillo convencimiento: "Nosotros somos el pueblo", derribó el Muro y acabó con el Telón de Acero.

Y así, el Consejo de Europa –con la intención práctica de incorporar a los antiguos países del Este a modelos democráticos, y de modo general, para aumentar los procesos de participación de las sociedades europeas– estableció como un objetivo primordial el desarrollo de políticas en torno a la Educación para la Ciudadanía Democrática (EDC) y los Derechos Humanos (EHR).

Desde entonces en el ámbito europeo se contempla la necesidad de incluir en los sistemas educativos una serie de contenidos dirigidos a lograr una educación para la ciudadanía democrática, y muchos países europeos han implantado contenidos en este sentido, aunque los enfoques son muy variados, los niveles de implantación también, así como el hecho de que la asignatura unas veces es materia independiente obligatoria, otras está integrada en los contenidos de otras –como Historia, Ciencias Sociales, etc.– y en otros casos son meros temas transversales.

El problema en España ha venido cuando el Gobierno no se ha limitado a seguir las recomendaciones del Consejo de Europa en esta materia, sino que ha diseñado una asignatura cargada de ideología que tiene la pretensión explícita de "formar la conciencia moral de los alumnos". Por eso ha generado esta alarma social.

Lejos de ser una simple enseñanza del ordenamiento constitucional, de las instituciones democráticas, de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, etc., existen evidencias –cada vez mayores– de que se va a convertir en un instrumento de manipulación ideológica por parte del Estado, y que utilizando como coartada la denominación homónima con Europa, se busca en realidad uniformizar a la sociedad en torno a la ideología dominante.

Al reconocer en su pretensión que pretende formar la conciencia moral de los niños y jóvenes desborda las recomendaciones del Consejo de Europa y usurpa una responsabilidad y un derecho fundamental de los padres, poniendo además en riesgo la existencia misma de la libertad y pluralidad ideológica.

A principios de 2003 se creó en el seno de la Dirección General de Educación y Cultura de la Comisión Europea un grupo de trabajo sobre "Entorno de aprendizaje abierto, ciudadanía activa e inclusión social". Unos de sus objetivos era garantizar "la promoción eficaz del aprendizaje de valores democráticos y la participación democrática de todos los miembros de la escuela con el fin de preparar a las personas para la ciudadanía activa".

Durante la Presidencia Holandesa del Consejo de la Unión Europea en el semestre julio-diciembre 2004 se elaboró un estudio que recogía cómo se imparte la educación para la ciudadanía en los centros docentes de los 30 países que abarca la Red Eurydice.

Como decía el Comisario de Educación Jan Figel en el prólogo al documento La Educación para la ciudadanía en el contexto escolar europeo: "La Educación para la Ciudadanía, que incluye el aprendizaje de los derechos y deberes de los ciudadanos, el respeto por los valores democráticos y por los derechos humanos, y la importancia de la solidaridad, tolerancia y participación en una sociedad democrática, está considerada como un instrumento para que niños y jóvenes se conviertan en ciudadanos responsables y activos."

Por otro lado, en cualquier documento europeo que sobre estos temas se consulten lo que se observa es la neutralidad a la hora de definir los valores del "buen ciudadano". Empezando por el "Glosario" oficial de términos sobre el que tuvieron que ponerse de acuerdo los países en 2001. En los documentos europeos, "ciudadano" es, sencillamente, "aquel que coexiste en una sociedad".

Asimismo, el término "democracia" se define como el modo o manera de vivir juntos en comunidad, estableciendo como valores fundamentales que han de regir las relaciones el respeto a los derechos humanos, la dignidad humana, el pluralismo, la diversidad cultural y el Estado de Derecho, principios básicos de las políticas en EDC.

La muy citada Recomendación (2002)12 explicita las razones que justifican la necesidad de adoptar las políticas en educación democrática de los ciudadanos:

"Preocupado (el Consejo de Europa) por el nivel creciente de apatía política y cívica, por la falta de confianza en las instituciones democráticas y por el aumento de los casos de corrupción, racismo, xenofobia, nacionalismo agresivo, intolerancia con las minorías, discriminación y exclusión social, que constituyen graves amenazas para la seguridad, la estabilidad y el desarrollo de las sociedades democráticas. Deseoso de proteger los derechos de los ciudadanos, sensibilizarlos con respecto a sus responsabilidades y reforzar la sociedad democrática."

La Recomendación afirma que "la educación para la ciudadanía democrática es esencial para la misión principal del Consejo de Europa, que es promover una sociedad libre, tolerante y justa, y que contribuye, junto con las demás actividades de la Organización, a la defensa de los valores y los principios de libertad, pluralismo, derechos humanos y Estado de Derecho, que constituyen los fundamentos de la democracia."

Pero no menos relevante es la Recomendación 1401 de 1999, que afirma: "No pertenece a un Estado Democrático definir las reglas de todo el comportamiento humano, pues las actitudes morales y éticas deben permanecer en la esfera de la libre elección del individuo, aunque siempre respetando los derechos del otro."

Esta es sin duda la razón por la que las políticas europeas no cuestionan el tipo de ciudadano, ni mucho menos inciden en sus valores. Por tanto, a la vista del currículum español fijado en los Reales Decretos, podemos afirmar que el Gobierno ha incumplido clamorosamente las Recomendaciones del Consejo de Europa, y en definitiva, el espíritu del proyecto de Educación para la Ciudadanía Democrática, desvirtuando las políticas en EDC.

Spain is different (II)

Controversia española: El currículum de la asignatura no se limita a seguir las políticas en EDC con el respeto a la diversidad propia del Estado democrático en el que cabemos todos, sino que pretende construir un tipo de ciudadano con valores ideologizados

Decíamos en el primer artículo que las políticas de EDC a nivel europeo obvian el análisis doctrinal del principio democrático y del papel del ciudadano en relación con el Estado, y sólo inciden en la construcción de una sociedad participativa, que permita, a "los que coexisten en la sociedad" –o sea, los ciudadanos–, la defensa de sus ideales, valores e intereses individuales o de grupo mediante instrumentos válidos en el Estado democrático, y por ello sí es deber del Estado crear los medios de participación ciudadana que aseguren la legitimidad democrática sobre la que se sustenta su poder.

Podríamos decir que las políticas en EDC tratan de educar "para" construir una sociedad democrática y participativa, y no "de" educar a la ciudadanía, como sucede en el contexto nacional. Si se tratase de formar ciudadanos "del" Estado, romperíamos –por inexistente– el pluralismo social y político, y se pondría en cuestión la existencia misma del Estado democrático. La Educación para la Ciudadanía planteada en términos españoles parece estar decidida a ser un instrumento de homologación cultural. Como advirtió Belohradsky, la esencia de lo que nos amenaza es "el Estado que trata de programar sus ciudadanos".

Y es justo esto lo que ha pasado en España: el currículum de la asignatura no se limita a seguir las políticas en EDC con el respeto a la diversidad propia del Estado democrático en el que cabemos todos, sino que pretende construir un tipo de ciudadano con valores ideologizados en función de la opción del Gobierno.

Si de fomentar la vida democrática y la participación política y social se trata, en la Constitución Española la participación política se concreta de modo efectivo en el artículo 23.1: "Los ciudadanos tienen derecho a participar en los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes". Además, la idea de participación no se limita al fenómeno estrictamente político, sino que está presente en otros artículos de la Constitución. Por eso sorprende que hayan buscado fundamento a la asignatura de Educación para la Ciudadanía no en una exigencia derivada del artículo 23 de la CE, como desarrollo del principio de participación, sino del artículo 27.2: "La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales."

Al hacer derivar la asignatura de una interpretación sui generis del 27.2, la asignatura ha sido utilizada como un fin. Y surge la polémica. Porque la fórmula del 27.2 –tomada de la Declaración de Derechos Humanos– viene a ser simplemente una definición de la educación por referencia a la finalidad de ésta, y en la que puede entrar, claro está, la formación cívico-democrática; pero en ella no se incluye en modo alguno el mandato de que sea precisamente el Poder público el que lleve a cabo esta tarea educativa, ni que decida cuáles son los valores –los únicos valores– en los que obligatoriamente se educa.

Donde, por el contrario, sí se dirige al Poder público un mandato claro y rotundo es en el 27.3, según el cual "los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones"; las convicciones de los padres, no las de quienes ocupan el Poder público en cada momento. De este derecho son titulares exclusivos los padres; no lo comparten con el Estado. Lo que tienen que hacer quienes ocupan el poder es asegurar las condiciones para que todos los ciudadanos puedan ejercer esas libertades en la práctica, tal como es mandatorio a tenor del artículo 7 de la Declaración 36/55 de las Naciones Unidas de 25 de Noviembre de 1981: "Los derechos y libertades enunciados en la presente Declaración se concederán en la legislación nacional de tal manera que todos puedan disfrutar de ellos en la práctica."

Si, por el contrario, se sirven del poder público para imponer o simplemente favorecer una opción particular, incurren en una flagrante violación de esos mismos derechos y libertades ciudadanas, conculcan el derecho de los padres en esta materia y rompen la neutralidad a que están obligados.

Igualmente se contiene un mandato claro y rotundo para los poderes públicos en todas las Declaraciones y Convenios Internacionales suscritos por el Estado Español:

Declaración universal de los derechos humanos de 1948 (artículo 26.3): "Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos."
Declaración 36/55 de las Naciones Unidas de 25 de noviembre de 1981 (artículo 5): "No se obligará a nadie a instruirse en una religión o convicciones contra los deseos de sus padres."
Pacto internacional de derechos civiles y políticos (Naciones Unidas) de 1966 (artículo 18.4): "Los Estados Partes en el presente Pacto se comprometen a respetar la libertad de los padres para garantizar que los hijos reciban la educación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones."
Pacto internacional de derechos económicos, sociales y culturales (Naciones Unidas) de 1966 (artículo 13.3): "Los Estados Partes en el presente Pacto se comprometen a respetar la libertad de los padres de escoger para sus hijos o pupilos escuelas distintas de las creadas por las autoridades públicas, siempre que aquéllas satisfagan las normas mínimas que el Estado prescriba o apruebe en materia de enseñanza, y de hacer que sus hijos o pupilos reciban la educación religiosa o moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones."
Convención sobre los derechos del niño (Naciones Unidas) de 1989 (artículo 14.2):"Los Estados Partes respetarán los derechos y deberes de los padres y, en su caso, de los representantes legales, de guiar al niño en el ejercicio de su derecho (se refiere al derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión) de modo conforme a la evolución de sus facultades."
Convenio europeo de derechos humanos de 1950 (art. 2 del Protocolo I): "El Estado, en el ejercicio de las funciones que asuma en el campo de la educación y de la enseñanza, respetará el derecho de los padres a asegurar esta educación y esta enseñanza conforme a sus convicciones religiosas y filosóficas."
Carta de los derechos fundamentales de la Unión Europea (artículo 14): "Se respeta el derecho de los padres a garantizar la educación y la enseñanza de sus hijos conforme a sus convicciones religiosas, filosóficas y pedagógicas."

Spain is different (III)

Situación en Europa Algunos países llegan a señalar un elemento religioso o moral explícito vinculado a la ciudadanía responsable.

1. Ciudadanía y política educativa

El análisis de los currículos y la legislación educativa de los distintos países revela de forma clara que el término "ciudadanía" tiene distintas connotaciones en cada caso. Por ello, no resulta fácil encontrar una definición que pueda aplicarse a todos los países para referirse al concepto de educación para la ciudadanía en el conjunto de Europa.

En la lengua nacional de varios países el término "ciudadanía" únicamente indica la relación jurídica entre el ciudadano y el Estado. Algunos países utilizan otra expresión para referirse a lo que entendemos como "ciudadanía responsable": "participación cívica" en Letonia y Rumanía, "conciencia cívica" en Polonia, "derechos y deberes cívicos" en Alemania, Lituania, Países Bajos o Reino Unido, etc.

Por tanto, podría decirse que por lo general "ciudadanía responsable" engloba aspectos relacionados con el conocimiento y el ejercicio de los derechos y responsabilidades cívicas, y con ciertos valores estrechamente relacionados con el papel de un ciudadano responsable: democracia, dignidad humana, libertad, justicia social, solidaridad, responsabilidad, participación y desarrollo espiritual, moral y cultural.

Casi todos los países remiten a su Constitución como la fuente que mejor define el concepto de "ciudadanía responsable". En Alemania, el concepto está incluido en la Grundgesetz. En Reino Unido engloba la idea específica de participación política dentro de un Estado democrático, incluyendo otras actividades participativas no abiertamente políticas.

En los antiguos países del Este se ha subrayado la importancia de la dimensión histórica en el término "sociedad civil" y las reformas educativas llevadas a cabo en los años 90 se inspiraron en el patrimonio europeo común de unos valores políticos, culturales y morales reflejados en los derechos humanos.

Algunos países llegan a señalar un elemento religioso o moral explícito vinculado a la ciudadanía responsable. Por ejemplo, en el Land de Renania del Norte-Westfalia se reconoce en el artículo 1 de su Erstes Gesetz zur Ordnung des Schulwesens que "el respeto a Dios es uno de los objetivos más importantes de la educación". O en Islandia, donde según su legislación escolar los métodos y prácticas educativas deben caracterizarse por "la tolerancia, la ética cristiana y la cooperación democrática". O en Noruega, donde el prólogo de su Ley de Educación de 1999 afirma que "los centros de primaria y secundaria, en cooperación y de acuerdo con el hogar, darán a sus alumnos una educación cristiana y moral".

2. Enfoques de ciudadanía

Son muy plurales, de modo que puede tratarse de una materia específica e independiente (cuya denominación varía de un país a otro), de unos temas integrados en otras materias (como Historia, Geografía, etc.) o de aspectos transversales. En este último caso, no resulta obligatorio, sino sólo recomendación encarecida. Por otro lado, estos distintos enfoques no se excluyen entre sí.

Según el gráfico de carga lectiva que figura en el informe de Eurydice, observamos que EpC se imparte en Primaria sólo en 5 países: Rumanía, Estonia, Grecia, Portugal y Suecia. En estos cuatro últimos, además de asignatura independiente está presente en otras como temas transversales. Hasta el curso 2006-07, se daba también en Bélgica-Comunidad Germanoparlante, pero desde entonces ha pasado a ser sólo transversal.

En Secundaria suele ofertarse como materia independiente. En el caso de Estonia, Grecia, Chipre, Luxemburgo, Polonia, Eslovenia, Suecia e Inglaterra, se imparte tanto en Secundaria Inferior como en Superior. En el caso de República Checa, Irlanda, Letonia, Lituania, Portugal, Eslovaquia y Rumanía, sólo es materia independiente en Secundaria Inferior. En el caso de Francia, Austria, Noruega, Luxemburgo, Italia y Bulgaria es materia independiente sólo en la Secundaria Superior. En el resto de países, el enfoque "integrado" es el más común en Secundaria, incluyéndose los contenidos preferentemente en Historia, Ciencias Sociales y Geografía, Ética, Filosofía, Lenguas extranjeras y Lengua Nacional.

En países tales como Alemania, Bélgica-Comunidad francófona y Comunidad flamenca, Dinamarca, Hungría, Malta, Holanda, Finlandia, Escocia-Gales-Irlanda del Norte, Islandia y Liechtenstein no se trata de una materia independiente obligatoria, por lo que no hay datos sobre su carga lectiva. Los de Suecia van unidos a los de Ciencias Sociales, en cuyos temarios está integrada.

En cuanto a las cifras de horas anuales, teniendo en cuenta que en España está previsto dar 50 en Primaria, 70 en los 2 cursos de ESO y 70 en Bachillerato, vemos que la desproporción respecto a los demás países es notable. En el gráfico de Eurydice, el promedio anual del número mínimo de horas recomendadas para EpC como materia independiente y obligatoria son:

República Checa, 28,8 en Secundaria Inferior
Estonia, 4,4 en Primaria, 8,8 en Secundaria Inferior y 17,5 en Secundaria Superior
Grecia, 17,7 en Primaria, Secundaria Inferior y Superior
Irlanda, 23,3 en Secundaria Inferior
Italia 20 en Secundaria Superior
Chipre, 4 en Secundaria Inferior y 8 en Superior
Letonia 4,7 en Secundaria Inferior
Lituania 9,3 en Secundaria Inferior
Luxemburgo 7,5 en Secundaria Superior
Austria 52,5 en Secundaria Superior
Polonia 27,9 en Secundaria Inferior y 18,4 en Secundaria Superior
Portugal 27 en Secundaria Inferior
Eslovenia 19 en Secundaria Inferior y 1,4 en Secundaria Superior
Eslovaquia 28,4 en Secundaria Inferior
Noruega 19 en Secundaria Superior
Bulgaria 6,75 en Secundaria Superior
Rumanía 14,4 tanto en Primaria como en Secundaria.
En Suecia se indican 95 horas anuales en los tres niveles, pero como decimos corresponde a la totalidad de horas de Ciencias Sociales en donde están integrados los temas de ciudadanía. En los datos de Inglaterra se indica en el informe que la carga lectiva no está prescrita.

(Quedan 7 artículos de la serie que iremos subiendo a medida que dispongamos de ellos)

PRIMEROS LIBROS DE TEXTO DE EpC

EDICIONES OCTAEDRO Y SM LANZAN SUS MANUALES

Noticia publicada el 14-06-2007

LD (Víctor Gago)
Las editoriales educativas han comenzado a publicar libros de texto de Educación para la Ciudadanía.
Los primeros manuales plasman la intensa experimentación ideológica a que da pie el currículo de la asignatura fijado por el Ministerio y ampliado por las Comunidades Autónomas según la orientación política de sus respectivos gobiernos.
Se trata de uno de los riesgos advertidos por el movimiento cívico de oposición a este ensayo de adoctrinamiento de toda una generación. LIBERTAD DIGITAL ha comparado los dos primeros manuales en aparecer, el de la editorial progresista Octaedro, y el de SM, casa editorial de los Marianistas que se aplicará mayoritariamente en los centros católicos concertados y ha sido elaborado por José Antonio Marina.
El libro de texto Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos, de la editorial Octaedro, deja claro su enfoque desde el primer tema lectivo: Las relaciones interpersonales: sexualidad y afectividad.
Desde los primeros días de clase, los alumnos que manejen este manual escrito para el currículo de la asignatura en la ESO se someterán a las orientaciones sobre "Memoria Histórica", "Los distintos tipos de familia o La prevención y los métodos anticonceptivos, incluidos en el primer Tema del libro de texto de Octaedro.
Sus autores, J. María Aran, M. Güell, I. Marías y J. Muñoz dedican el segundo tema a "La homosexualidad".
El libro, promocionado como novedad en la web de la casa editora, anuncia en su índice el tratamiento de cuestiones como "El rechazo a los homosexuales", "La represión de la homosexualidad" y "El respeto" por este colectivo.
El Tema 5 está dedicado a "La conquista de los derechos de la mujer", con incursiones en "El sexismo" y "El feminismo".
El Tema 7 versa sobre "El Consumo", con un apartado dedicado al "Consumismo", otro sobre "La sociedad del consumo" , y orientaciones sobre un consumo moderado.
El Tema 8 se dedica a la Educación Vial y el 9 y último, al "Problema Norte-Sur", un enfoque característico de la agenda de los movimientos de extrema izquierda y anti-globalizadores.
Se profundiza, en este capítulo, en "La grieta entre el Norte y el Sur" y se prescribe un modelo concreto de "Solidaridad".
El libro de texto de Octaedro se ha puesto a la venta a un precio de 16,80 euros.
EL "EXPERIMENTO MARINA"
Más matizada llega la contribución de la editorial católica SM a la oferta de libros de texto de Educación para la Ciudadanía.
Su manual está a apunto de aparecer en el mercado, en tres versiones: una para alumnos, otra para profesores y una tercera e innovadora adaptación para padres, según destacó José Antonio Marina, su autor, al hablar de su obra durante una conferencia sobre Educación Responsable celebrada recientemente en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, con patrocinio de SM y de Santillana –grupo PRISA–.
La FERE ha adoptado el manual de SM, al considerarlo el más respetuoso con los valores cristianos. La Patronal de colegios católicos ha asumido desde el principio la imposición de la nueva asignatura, desmarcándose de las críticas de la Conferencia Episcopal y del movimiento cívico por la libertad educativa.
Altamente dependiente de los conciertos con la Administración, la FERE ha optado por acomodarse al currículo con un libro de texto lo más afín posible al ideario de sus centros.
El problema es que el currículo de contenidos mínimos decretado por el Ministerio en diciembre de 2006, y los que van agregando las Comunidades Autónomas para adaptar la materia a su "identidad", establecen una moral de Estado en la que los valores cristianos equivalen a los musulmanes y éstos a los laicos, en una visión relativista en la que la única autoridad moral dimana del poder político, y por debajo de ella, da lo mismo un valor católico que uno budista que uno mahometano que una familia de marido y mujer que una polígama que un trío que la zoofilia que el onanismo que el aborto que la experimentación con embriones, que el burka, que el hiyab, que la paridad por Ley, que la eutanasia, que esforzarse o no hacerlo, que suspender o aprobar una asignatura,...
En este sentido, el intento de Marina de conciliar todos los valores en un modelo de convivencia que no incomode a nadie viene precedido del problema insoluble de que el Estado impone previamente la agenda de lo políticamente correcto.
Así, por ejemplo, el Estado establece que en la formación moral de los niños ha de incluirse la aceptación de una variedad de formas de familia, o que la globalización provoca injusticias, o que es justo que el Estado reparta la riqueza, o que la seguridad y la paz dependen de la primacía de la ONU y el multilateralismo, o que puede ser bueno y conveniente dialogar con terroristas, o que España es una nación de naciones, ...
Por muy neutrales, asépticos, equilibrados e integradores que quieran ser Marina y los marianistas en su manual para padres, profesores y alumnos, el problema de fondo es que hay alguien, el Estado, que marca una agenda moral y usa la coacción para imponerla. Y hay alguien, la familia, que debe aceptarlo y adaptar sus propios valores o resignarse a un papel subsidiario en la formación moral de los hijos.
Lo propio de una Instrucción Pública en civismo, dentro de una sociedad libre, es que garantice que ningún valor ni ningún modelo de sociabilidad supondrán una amenaza para la libertad individual y la dignidad de la persona, y no que imponga una moral de Estado de obligado cumplimiento.
La sociedad democrática no es ninguna fuente de valores universales adoptados por mayorías estadísticas, como pretende Marina, sino la forma más evolucionada de que disponen personas y familias para proteger su libertad frente a la constante propensión del Estado a recortarla.
El Estado, dice Marina en una introducción a su libro de texto que SM ha publicado en su página web, debe "encargarse de facilitar a todos nuestros jóvenes aquella educación que la sociedad considera necesaria para el desarrollo de los proyectos personales, la buena convivencia la justa resolución de los problemas y el progreso económico".
Obsérvese el enorme poder que el pedagogo de SM otorga a "la sociedad" y cómo el Estado se convierte, en su iluminado experimento educativo –coincidente con el del Gobierno socialista–, en el intérprete más fiel de lo que quiere la sociedad.
Nada menos que "facilitar a todos nuestras jóvenes aquella educación (...) necesaria" para "los proyectos personales, la buena convivencia, la justa resolución de problemas y el progreso económico".
Se comprende que este profesor de instituto, afamado escritor de libros de filosofía divulgativa, respondiese que el derecho de los padres a educar a sus hijos "no es absoluto", cuando LD le preguntó recientemente, durante un coloquio abierto al público, por el caso de Blanca María Díez Ponce, la joven madrileña que se ha convertido en la primera alumna objetora a EpC.
Para José Antonio Marina –citamos, de nuevo, su introducción al libro de texto que SM publicará próximamente–, "cada familia educará de acuerdo con su moral (católica, musulmana, atea, comunista, liberal, confuciana, anarquista o la que sea), que se puede enfrentar a otra moral. Por esta razón, necesitamos una educación en valores comunes, transculturales, universales, más allá de la moral y de las religiones, que es lo que llamamos ética".
¿Adivina, lector, quien la dictará e impartirá en exclusiva? Exacto.
El ensayo educativo del Gobierno socialista con toda una generación se resume, retocando un viejo proverbio del casticismo religioso: "Cada uno en su casa, y el Estado en la de todos".

martes, 23 de septiembre de 2008

El PSOE dice al PP que "EpC no impide a un niño ser un adulto muy de derechas"


"CRUZADA RETRÓGRADA Y REACCIONARIA"

El Partido Socialista continúa con sus descalificaciones a todos aquellos a los que no quieren ser adoctrinados por Educación para la Ciudadanía. Por ello, la secretaría de Relaciones Institucionales del PSOE, Mar Moreno, ha pedido al PP que se relaje porque "no hay nada en la asignatura que impida que un niño pueda convertirse en un adulto muy de derechas". Ha ironizado diciendo que "un niño puede llevar en la mochila el catecismo y la Constitución".

LD (EFE) La secretaria de Relaciones Institucionales y Política Autonómica del PSOE, Mar Moreno, ha pedido este martes al PP que se relaje porque "no hay nada en la asignatura" de Educación para la Ciudadanía que "impida que un niño pueda convertirse en un adulto muy de derechas".
"Un niño puede llevar en la mochila el catecismo y la Constitución", ya que no se pide que elija entre una cosa y otra, sino que simplemente la religión es opcional y la EpC es obligatoria, ha dicho Moreno a los periodistas en un desayuno informativo.
Moreno ha anunciado que el PSOE pondrá a disposición de la comunidad educativa, especialmente en las comunidades Valenciana y de Madrid, todos sus recursos políticos, institucionales y jurídicos para que la asignatura obligatoria de EpC pueda impartirse con normalidad. La "número cuatro" del PSOE ha hecho este anuncio un día después de que el PP instara al Gobierno a retirar la asignatura y expresara su apoyo a los padres que ejerzan la objeción de conciencia.
Esta "cruzada retrógrada y reaccionaria" del PP, según la ha calificado Moreno, ha obligado a los socialistas a poner toda su maquinaria y medios personales, incluidos sus parlamentarios nacionales y autonómicos, a disposición de padres, Ampas y profesores para "arroparles" y darles el soporte que necesiten si quieren denunciar cualquier tipo de ilegalidad.

La socialista ha recordado a los "populares" que con su actitud "los platos rotos" los pagarán los niños, a quienes el PP, ha indicado, "está sometiendo a un estrés académico innecesario al instigar la insumisión de sus padres". Por ello, ha instado al PP a que se relaje y ha afirmado que la EpC es el faro que usa el principal partido de la oposición para que "no se le despiste ningún ultraconservador".

Interrogatorio en un instituto de Móstoles a niños de 14 años: "¿No necesitas un buen amante de tu mismo sexo?"

DateNoticia publicada en marzo 12, 2008

ATC
Esta es la portada del libro “Alí Babá y los 40 maricones” que motivó las primeras objecciones de conciencia a esta asignatura, por parte de unos padres que descubrieron que tenían que estudiarlo sus hijos.
TALLER ESCOLAR SOBRE PREJUICIOS Y ESTEREOTIPOS
Los padres objetores han ganado una importante batalla judicial frente a Educación para la Ciudadanía, pero la guerra contra el adoctrinamiento en las aulas va a ser muy larga. En un instituto de Móstoles (Madrid) –donde aún no se imparte EpC, y cuya Administración educativa acaba de anunciar que eximirá a todos los alumnos de familias objetoras–, los chicos de 14 años que asisten a un taller sobre Prejuicios y Estereotipos, se someten en clase a un interrogatorio sobre su vida sexual, con preguntas del tipo: “Si no tuviste relaciones con una persona de tu mismo sexo, ¿no podría ser que lo que necesitas es un buen amante de tu mismo sexo?”…

Taller: Prejuicios y estereotipos
  • Invertir la situación: cuestionario para heterosexuales
  • ¿Qué piensas que causó tu heterosexualidad?
  • ¿Cuándo y cómo decidiste que eras heterosexual?
  • ¿Es posible que la heterosexualidad sea sólo una fase que puedas superar?
  • ¿Es posible que tu heterosexualidad se derive de un miedo neurótico a las personas de tu mismo sexo?
  • Si nunca tuviste relaciones con una persona de tu mismo sexo, ¿no podría ser que lo que necesitas es un buen amante de tu mismo sexo?
  • ¿A quién has confesado tus tendencias heterosexuales?
  • ¿Por qué los heterosexuales se sienten obligados a llevar a los demás a su estilo de vida?
  • ¿Por qué insistes en ostentar tu heterosexualidad? ¿Por qué no puedes ser simplemente quién eres y mantenerte tranquilo?
  • ¿Por qué ponen tanto énfasis en el sexo los heterosexuales?
  • Parece haber muy pocos heterosexuales felices. Se han desarrollado técnicas que podrían ayudarte a cambiar. ¿Has considerado la posibilidad de realizar una terapia de aversión?
  • Considerando la amenaza que suponen el hambre y la superpoblación, ¿podría sobrevivir la raza humana si todos fueran heterosexuales como tú?
  • A pesar de la aprobación social del matrimonio, la tasa de divorcio es todavía del 50 % ¿Por qué hay tan pocas relaciones estables entre los heterosexuales?
Tercer programa de Reeducación para la ciudadanía


Los padres se querellarán contra Educación si no deja de suspender a objetores de EpC

M. BENÍTEZ. SEVILLA
Martes, 23-09-08
Si la Junta persiste en su actitud de no rectificar y mantener suspensos a los alumnos objetores de Educación para la Ciudadanía, podría encontrarse con una querella. Así lo ha anunciado el letrado Carlos Seco que ha vuelto a presentar varios recursos ante el TSJA para que los alumnos objetores que fueron suspendidos queden como no evaluados.
Los nuevos recursos afectan a dos tipos de alumnos objetores. Por un lado están los que fueron suspendidos porque la Administración autonómica no resolvió sus peticiones de objeción y, por tanto, no pudieron acudir a los tribunales antes de que acabar el pasado curso. A esos alumnos Educación los suspendió tanto en junio como en la convocatoria de septiembre. Ahora Seco ha recurrido pidiendo que queden como no evaluados
Y por otro lado están otros alumnos, a los que el TSJA amparó concediéndoles como medida cautelar que fueran exentos de ser evaluados mientras se resolvía la sentencia definitiva. Algunos de esos alumnos también fueron suspendidos por Educación que no se dio por enterada de los fallos judiciales. Y el letrado Carlos Seco también ha pedido que se ejecuten las medidas cautelares para que los suspensos queden sin efecto..
Por ello, a la espera de que el TSJA vuelva a resolver, el letrado no descarta acudir a la vía penal. Y lo hará porque considera que tanto el presidente andaluz como la consejera de Educación, Teresa Jiménez, podrían estar incurriendo en varios posibles delitos que aprecen tipificados en los artículos 508, 540 y 542 del Código Penal.
Varios tipos penales
Concretamente se trata de los que hacen referencia a la autoridad o funcionario público que impida ejecutar una resolución judicial, el que se refiere a las autoridades que se nieguen a dar el debido cumplimiento a las resoluciones judiciales así como el que estipula penas para los funcionarios públicos que impidan a una persona el ejercicio de derechos cívicos reconocidos por la Constitución.
Por otra parte Seco insistió en que los objetores han hecho extensivo su desacuerdo también para Educación Ético Cívica que se imparte en 4º de ESO.

El PP aprueba un documento que pretende unificar el criterio sobre EpC

INSTA AL GOBIERNO A QUE RETIRE LA ASIGNATURA

Los consejeros de educación de las comunidades autónomas gobernadas por el PP se han reunido este lunes en la sede nacional del partido para consensuar una postura sobre Educación para la Ciudadanía. De esta manera, los populares han acorado que respetarán y apoyarán tanto a los padres que hayan objetado como a los que no y han exigido al Supremo que "unifique doctrina" al respecto. Mientras esto no ocurra, "instará al Gobierno a que retire esta asignatura mientras no se consensúe un contenido estrictamente educativo".

Noticia publicada el 22-09-2008

(Libertad Digital)

El Partido Popular emitido un comunicado en el que manifiesta que el partido "ha defendido y defenderá la libertad que asiste a los padres para elegir la educación que quieren para sus hijos, garantizada en la Constitución Española en su articulo 27.3: Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones".
Este lunes se han reunido en la sede de la calle Génova, los consejeros de Educación de las comunidades autónomas gobernadas por los populares y han acordado una postura en común que consiste en "respetar y apoyar tanto a los padres que hayan ejercido el derecho de la Objeción de Conciencia como a los que no, así como valora positivamente el reconocimiento del mismo por parte de algunos Tribunales Superiores de Justicia".
El Partido Popular "se ha manifestado en contra de la implantación de esta asignatura y especialmente de su contenido por su carácter doctrinario e ideológico que, como ya ha recogido alguna sentencia pretende conformar en los alumnos una conciencia moral concreta, la denominada Conciencia moral cívica, atentando contra el derecho de los padres y dividiendo a la sociedad".
El Partido Popular, ante la pluralidad de sentencias considera imprescindible y urgente que haya un pronunciamiento definitivo del Tribunal Supremo que unifique doctrina. Mientras tanto, defiende la no impartición de los contenidos contemplados en el Real Decreto a los alumnos que así lo manifiesten. Esta situación, no debería perjudicar nunca el expediente de los alumnos". Por tanto, el PP "instará al Gobierno a que retire esta asignatura mientras no se consensúe un contenido estrictamente educativo basado en el conocimiento de nuestra Constitución".

El PP mantuvo y mantiene la LOGSE

Aguirre y la educación

"Fuera de Madrid, el PP se está convirtiendo en una especie de regionalismo conservador sin la menor intención de dar la batalla de las ideas allí donde más importa: en la educación, en la política lingüística y en la cultura."

Álvaro Vermoet Hidalgo

Hacía tiempo que tenía pensado escribir sobre las enormes posibilidades legales que tienen las comunidades autónomas para acabar con la comprensividad –que consiste en enseñar lo mismo a todos los alumnos, en los mismos centros y con los mismos profesores–, ya sea a través de las competencias de "experimentación pedagógica", mediante la organización de itinerarios con las optativas de la Secundaria o con la especialización de los institutos. Llevo proponiéndolo en Madrid desde que soy consejero de su Consejo Escolar. Y lo que me decide a escribir hoy sobre el tema es el siguiente titular del diario Magisterio sobre una iniciativa de la Comunidad de Madrid que ha pasado inadvertida: "Se crea una red de institutos especializados; los centros ofrecerán optativas relacionadas con su especialidad".
Leída la noticia, coincide por lo general con el plan de especialización de los institutos que venía reclamando la Unión Democrática de Estudiantes y del que infinitos teletipos y recortes de prensa son testigos. Se trata de especializar institutos para acabar con la comprensividad en la Secundaria, es decir, que haya una opción más o menos técnica dentro de la ESO que reduzca el fracaso escolar y les sirva para algo a esos chicos que luego no siguen estudiando y que tal vez ahora lo hagan.
No sólo las autonomías tienen un margen muy amplio, puesto que la LOE sólo se diferencia de la LOGSE en la nueva asignatura y en desmantelar lo poco que quedaba del Estado en materia educativa, sino que además existe una competencia en "experimentación pedagógica" que permite desarrollar programas de innovación más o menos fuera de la Ley, y que por algún motivo parece reservada a la izquierda y a los nacionalistas, que fueron los primeros en utilizarla en Cataluña aplicando la LOGSE antes de que se aprobara.
Veamos un ejemplo. La LOE no permite a las comunidades autónomas crear itinerarios desde los 14 años que mitiguen el efecto negativo de una enseñanza obligatoria hasta los 16, como recogía la Ley de Calidad del Gobierno de Aznar. Pero sí les permite, explícitamente, crearlos en 4º de la ESO para organizar el lío de las asignaturas optativas creado por el PSOE. Y nada les prohíbe crear institutos que den sólo el Bachillerato de Artes, con la vía de Artes en la ESO, o institutos que sólo den Formación Profesional y la ESO, ofreciendo un itinerario con las optativas técnicas de 4º de ESO y creando, de hecho, centros especializados que permitan diversificar la Educación Secundaria mucho antes de los 16 años.
Explicado que las comunidades autónomas tienen competencias más que de sobra para al menos corregir lo más pernicioso de la LOGSE, la uniformidad de la educación obligatoria hasta los 16 años, queda analizar por qué no se ha hecho hasta ahora. Por qué sólo es Madrid, por qué sólo es, una vez más, Esperanza Aguirre quien crea una alternativa a la izquierda, como viene haciendo con los exámenes en Primaria y Secundaria, con los centros bilingües, con la objeción de conciencia, con el cheque escolar en la educación infantil y con el proyecto de colegios prioritarios. Esperanza Aguirre viene, además, muy a cuento, porque los complejos de las taifas gobernadas por una derecha cada vez más regionalista en materia educativa vienen precisamente de su etapa de ministra.
Como ministra, Aguirre inició la creación de una verdadera alternativa liberal y nacional para el sistema educativo español, ya que antes el PP se limitaba a hablar de la libertad de elección sin concretar nada. Fue la época del decreto de libertad de elección de centro, con aquellos debates parlamentarios en los que se citaba a Milton Friedman, de la Reforma de las Humanidades, de la defensa del derecho de los castellanohablantes a estudiar en su lengua materna en Cataluña, de la liberalización de los libros de texto, etc.
Uno de los proyectos estrella, el que pretendía garantizar unos contenidos comunes de Historia y de Literatura en toda España, no salió adelante gracias a la pinza antinacional de Pujol con el PSOE, que rompió así su pacto de Estado con el PP en materia de enseñanza. Es cierto que, cuando Pilar del Castillo dio forma a todas esas ideas a través de tres Leyes Orgánicas y a través de unos planes de estudio nuevos, el PP logró por fin tener bien diseñada y lista para implantarla toda una alternativa al socialismo: en la educación básica, en la FP y en las universidades, incluyendo además los contenidos educativos. Alternativa que, por cierto, Rajoy ha dejado en el olvido, haciendo retroceder diez años a su partido en este tema.
Pero hay que recordar que desde que fracasa la Reforma de las Humanidades de Aguirre hasta que Pilar del Castillo aprueba los planes de estudio comunes, mediaron unos cuantos años en los que las autonomías del PP ya tenían competencias en educación, descentralizadas con Rajoy de ministro. Pudieron perfectamente haber aprobado unos planes de estudio en común. No lo hicieron. Y siguen sin hacerlo ahora; diez años después, siguen sin utilizar sus amplias competencias para salir del modelo comprensivo.
Fue Aguirre quien, desde la Comunidad de Madrid, dio la batalla por salvar la Ley de Calidad, quien se opuso a los contenidos ideológicos de Ciudadanía y quien empieza ahora a desmantelar la LOGSE, aprovechando la balcanización zapaterina del sistema educativo español, ante el estupor de sus "homólogos autonómicos". Por eso los liberales la vemos como alternativa a Zapatero, porque Rajoy, en este debate, está ausente. En el resto de las autonomías, el PP se está convirtiendo en una especie de regionalismo conservador sin la menor intención de dar la batalla de las ideas allí donde más importa: en la educación, en la política lingüística y en la cultura.
Álvaro Vermoet Hidalgo es presidente de la Unión Democrática de Estudiantes, miembro del Claustro de la Universidad Autónoma de Madrid, consejero del Consejo Escolar del Estado y autor del blog Cien Mil Objeciones.

lunes, 22 de septiembre de 2008

EpC: ¡Habló Mariano!

22 de Septiembre de 2008

A. Vermoet

No se lo van a creer. Tras meses de actitudes contrapuestas entre las taifas peperas y ambiguas declaraciones de políticos genoveses del nivelazo de Ana Pastor, Mariano ha puesto el huevo. No sólo tiene una opinión, sino que la ha hecho saber: está en contra de la asignatura. Así lo ha expuesto ante los Consejeros de Educación de las autonomías del PP.

La novedad no es que Rajoy tenga opinión sino que tenga una. Sí porque hasta ahora Mariano estaba a favor de la idiotez de Camps de dar la asignatura en inglés, de la resistencia constitucional de Esperanza Aguirre, de la persecución de La Rioja y Castilla y León a las familias objetoras y del apoyo a la asignatura de UPN en Navarra. No es que no tuviera opinión, es que tenía muchísimas.

El problema no es que el líder de la derecha se pronuncie cuando ya ha empezado el curso, es decir, cuando todas las Comunidades Autónomas ya han desarrollado la normativa estatal. El problema es que no tiene autoridad para imponer su criterio. Gracias a la territorialización del PP que Arenas, Camps y él han impulsado, la Dirección Nacional del PP no tiene nada que decir a las taifas, gobernadas por derechas regionales que no actúan como gobiernos de un partido con una idea nacional de España. Exactamente como advirtieron Mayor Oreja y Álvarez-Casos.

El precedente es obvio. Cuando Zapatero y sus aliados (nacionalistas, comunistas, separatistas y otros) suprimieron el imperativo de que los temarios nacionales se reprodujeran en los planes de estudios de las CC.AA. "en sus propios términos", como establecía la Ley de Calidad, Mariano dijo -y Ana Pastor me aseguró-, que el PP elaboraría unos planes de estudios propios de carácter nacional en Historia, Literatura, Geografía, etc., allí donde gobernaran ellos. Y todo quedó en nada, el primer día de la "negociación" entre autonomías se les descolgó la Navarra de Sanz. Y, por cierto, fue antes de que dependiera parlamentariamente del PSOE navarro.

En fin, gracias las justas. La postura del PP en materia educativa podrá ser mejor o peor, pero su territorialización, su balcanización y su conversión a una coalición de partidos regionalistas conservadores, sumándose así al cambio de régimen, eso sí que no va a tener remedio. ¿Qué se juegan a que la reunión de Génova de hoy no cambia nada?

jueves, 18 de septiembre de 2008

EpC.- Un segundo juzgado de Albacete suspende cautelarmente la obligación de cursar la materia a hijos de 19 objetores

ALBACETE, 18 (EUROPA PRESS) - El Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 2 de Albacete ha emitido un auto en el que se aprueba la medida de suspensión cautelar de cursar Educación para la Ciudadanía (EpC) a los hijos de 19 padres objetores así como a que sean evaluados en la asignaturas englobadas bajo esa denominación.

Este auto, al que ha tenido acceso Europa Press, es el segundo auto emitido por un juzgado de Albacete aprobando la medida de suspensión cautelar de cursar la asignatura, después del emitido a principios de mes por el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 1 de Albacete.

Este nuevo auto se remite al Tribunal Supremo para indicar que la medida de la suspensión cautelar debe ser decidida sin pronunciarse sobre la cuestión de fondo que ha de constituir el objeto de valoración y decisión en el proceso principal, es decir, que la medida cautelar no puede prejuzgar el posterior pronunciamiento sobre la posibilidad o no de los padres al derecho a la objeción de conciencia que invocan y la vulneración o no de los derechos fundamentales alegados como cuestión de fondo.

El auto reconoce que la justificación de la adopción de la medida cautelar, teniendo en cuenta que si el procedimiento principal --el que se espera por parte del Tribunal Supremo para unificar la doctrina sobre esta materia-- concluyese con un pronunciamiento que accede a la pretensión de los padres y no se hubiese permitido que sus hijos dejasen de asistir a clase, se ocasionaría un perjuicio de muy difícil reversión o reparación.

martes, 16 de septiembre de 2008

La normalidad de una situación insólita

Educación para la Ciudadanía
"Los alumnos no sólo tendrán que declarar qué piensan sobre multitud de cuestiones de índole desde ética, hasta sexual o incluso social y política, sino que para aprobar tendrán que acomodar ese pensamiento en su fuero interno al estándar de lo aceptable"

Victoria Llopis

De la Vega el viernes nos dijo que "el Gobierno hará uso de todas sus competencias y facultades para garantizar que los escolares puedan hacer uso de sus derechos constitucionales en las aulas (¿?), recibiendo con normalidad la asignatura de Educaciónpara la Ciudadanía", y poco despuésla ministra del reconvertido Ministerio donde la Educación se diluye en un mix llamado "Política Social y Deporte" ("consignas sociales para su consumo en las aulas") se ha mostrado convencida de que las clases de Educación para la Ciudadanía se van a desarrollar "de manera absolutamente normal".

No sé cuál de las dos damas dice cosas más estupefacientes. Noten primero que De la Vega une la intención del Gobierno de imponer al estilo Z –"como sea"– la famosa asignatura con el hecho de "garantizar a los escolares el ejercicio de sus derechos constitucionales en las aulas". Como este Gobierno acostumbra a convertir cualquier cosa en un "derecho", parece que ha elevado a "derecho constitucional" nada menos la circunstancia de estudiar o no una materia. Pero, además, ¿a qué derechos se refiere? ¿Quizá al derecho constitucional de los escolares a no ser adoctrinados en un sistema moral incompatible con el que reciben de su familia, artículo 27.3 de la Constitución? ¿O se refiere quizá al derecho que tienen los alumnos a no ser obligados a declarar sobre su ideología, convicciones o creencias –artículo 16.2 de la Constitución–, el cual queda conculcado especialmente con los criterios de evaluación de la materia?

Y se que en Bachillerato se exige "evaluar la actitud que han desarrollado los alumnos ante los problemas sociales", y en los criterios de evaluación de Primaria nos encontramos con que "el aprendizaje de esta área va más allá de la adquisición de conocimientos. En este sentido, los planteamientos metodológicos deben ser atendidos con sumo cuidado porque serán decisivos a la hora de asegurar que el conocimiento de determinados principios y valores genere la adquisición de hábitos e influya en los comportamientos". Y por ello, en los criterios de evaluación se habla de "valorar si el alumno o la alumna manifiesta en sus comportamientos cotidianos un conocimiento de sus características propias y si ejerce una autorregulación de sus emociones y sentimientos".

Pero no acaba ahí la cosa. En la Educación Ético-Cívica de 4º se pide "descubrir sus sentimientos en las relaciones interpersonales. Con este criterio se intenta comprobar que cada alumno y alumna asume y controla sus propios sentimientos". O también "identificar y rechazar, a partir del análisis de hechos reales o figurados, las situaciones de discriminación hacia personas de diferente origen, género, ideología, religión, orientación afectivo-sexual y otras, respetando las diferencias personales y mostrando autonomía de criterio. Este criterio permite comprobar si el alumnado, ante la presentación de un caso o situación simulada o real, es capaz de reconocer la discriminación que, por motivos diversos, sufren determinadas personas en las sociedades actuales y si manifiesta autonomía de criterio, actitudes de rechazo hacia las discriminaciones y respeto por las diferencias personales".

Es más, en algunos desarrollos autonómicos dan una vuelta de tuerca más a lo previsto por el Ministerio. Por ejemplo, en el Decreto del País Vasco (BOPV, 13 de noviembre de 2007) afirma que, con esta materia obligatoria, "el alumnado se enfrentará a situaciones que exigen tomas de posición y juicios de valor, lo que potencia la actividad crítica sobre los propios valores y conductas". Concretamente, Educación Ético-Cívica, en su versión vasca, se centra en "la construcción de valores morales ligada a la educación del juicio moral". Esta asignatura establece también, como criterio de evaluación, que el alumno "proporcione diferentes respuestas a una misma situación éticamente problemática de acuerdo a diferentes teorías éticas".

Es decir: los alumnos no sólo tendrán que declarar qué piensan sobre multitud de cuestiones de índole desde ética, hasta sexual o incluso social y política, sino que para aprobar tendrán que acomodar ese pensamiento en su fuero interno al estándar de lo aceptable según el currículum de EpC. ¿No decía el artículo 16.2 que "nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias"? Y me parece que si los alumnos muestran un juicio ético diferente del que marca el relativismo moral y los postulados de la ideología de género que impregna el currículum está abocado al suspenso, además de la burla del profesor y/o compañeros. Y no es hipótesis; algunos valientes objetores andaluces durante el curso pasado podrían poner muchos ejemplos a mis palabras.

Por otro lado, la vicepresidenta se ha declarado una vez más fervorosa creyente del "positivismo jurídico" al insistir en que ésta es "una asignatura aprobada en el Parlamento". Ya, ¿y qué? ¿Hay que volver a decir que aunque el Parlamento aprobara, por ejemplo, una ley por la que se declarara legal gasear a los judíos nos iba a parecer muy bien? ¿Es que hay que volver a decir que no todo lo legal es éticamente aceptable, y que precisamente porque se trata de una ley en vigor, que colisiona con la conciencia de miles de españoles, es por lo que se está produciendo la objeción?

Pese a todo, la ministra no puede esconder ya con facilidad a 45.000 objetores y ha rebajado su pretendida normalidad a una "normalidad salpicada de recursos ante los tribunales", como reconocía en sus declaraciones a la SER recogidas por Servimedia. Y tanto. Nos gustaría muchísimo saber, por cierto, qué opinan sus colegas europeos sobre la insólita "normalidad" que está dándose en España a propósito de una supuesta asignatura del sistema escolar. Sin duda se preguntarán qué intentan enseñar en España para que esté provocando 45.000 objeciones de conciencia, y subiendo.

"No es admisible que ninguna administración pública aliente a nadie a incumplir la ley, porque si no se respetan las leyes no se respeta a los ciudadanos", ha dicho De la Vega. Y la señora Cabrera, como un eco, ha dicho: "La ley hay que cumplirla. Es obligatoria. Es la mejor lección de educaciónpara la ciudadaníaque podemos dar". En eso estamos de acuerdo, señoras: la primera Ley que tiene obligación de cumplir el Gobierno es la Constitución. Respeten a los ciudadanos por el sencillo medio de respetar los derechos constitucionales de la ciudadanía. Ahorrarían molestias a los padres, y a los tribunales el colapso al que van a verse abocados. En fin. Son las lecciones de la democracia: cuando conculquen sus derechos, no se resignen y recurran.


No utilice acentos en la búsqueda
Búsqueda personalizada